jueves, 20 de febrero de 2020


DE LO COMPLEJO A LO SIMPLE

Una importante meta en la vida del ser humano es comprender cómo pensamos, asumiendo un rol de observador, de espectador consciente, analizando desapasionadamente la forma como procesamos las impresiones y circunstancias que se nos presentan.
Reflexiono, desde mi experiencia, que hay una tendencia nociva consistente en hacer más complejas todas las cosas, de modo que todo se percibe complicado y dispendioso, este aspecto del pensamiento propende al estancamiento, la procrastinación, y la exageración de los obstáculos e inconvenientes; esta actitud se concentra en la oscuridad, las sombras y cualquier detalle que pueda eclipsar lo positivo. Cuando  las cosas se hacen complejas innecesariamente, se ve el vaso medio vacío y se vive de tormenta en tormenta, incluso en un vaso de agua; muchos de nuestro objetivos son convertidos por nosotros mismos en gigantes invencibles, por ello nos parecen inconquistables, y olvidamos que primero debemos ganar la batalla en la mente; es decir, que se requiere triunfar con el pensamiento antes de todo. Examinemos nuestros sueños y desde nuestro pensamiento allanemos el camino hacia ellos, haciéndolos cercanos, sencillos, al alcance de nosotros, rompamos las barreras invisibles de los imposibles del mundo mental, primero hay que eliminar nuestros propios obstáculos; ya que son mayores las barreras que nos imponemos que las que pueden existir. Un buen ejercicio consiste en pensar en un propósito importante y observar cómo nos sentimos frente a él ¿pensamos que está a nuestro alcance? ¿O lo vemos muy lejano? ¿Por qué?  A partir de allí, analicemos nuestros postulados y premisas, y replanteemos las ideas correctas, que cambien la emoción que relacionamos con el objetivo.





ESTADO MENTAL Y EMOCIONAL

Clave fundamental del bienestar y el éxito personal, familiar y laboral, consiste en desarrollar un estado mental que se pueda sostener y el cual a su vez genere las condiciones para que la mente y el cuerpo se desarrollen en armonía y puedan acercarse a la plenitud. De acuerdo con este planteamiento, podemos afirmar que el abandono de las emociones negativas como la ansiedad o el enojo, el rencor o la depresión, permiten que nos establezcamos en un estado de apertura, confianza y disposición a las experiencias positivas, para lo cual es necesario desprendernos de posturas de malestar, queja y disgusto constante. Un estado emocional y mental saludable parte de una sinfonía con la Fuente Creadora, siendo profundamente conscientes de nuestro propósito en el mundo, y comprendiendo que es crucial identificar nuestros patrones de conducta, el origen de los mismos y sus consecuencias, a través de lo cual es posible reconocer las energías y su forma de operar. Es imperativo vencer el ego y sus posiciones o conceptos absurdos, para conocer nuestras naturaleza real y emprender un proceso de crecimiento personal genuino, este camino nos conduce al logro de una realización verdadera, que se genera desnudando nuestro ser, rompiendo paradigmas y avanzando en el sendero de la formación integral.




jueves, 13 de febrero de 2020

LA IMPORTANCIA DEL AMOR

Pasa el tiempo, las tendencias, modas o modelos temporales, debido a que el contexto social, histórico o económico genera un ambiente propicio para ciertas ideas o pensamientos y paradigmas; sin embargo, hay un valor que se encuentra por encima de los persistentes cambios, y ese valor fundamental y perenne es el amor, el amor en su expresión más genuina, el amor desde el interior y hacia todos los que nos rodean. El amor, reconocido como una esencia real que transforma el ser, es una manifestación coherente con un pensamiento y una actitud con la cual se enfrenta la cotidianidad. El amor, como expresión real del ser, permea todo lo que somos y hacemos, si le damos cabida al amor de manera coherente, permitimos que él asuma el dominio evidente de toda nuestra personalidad, comprendiendo que el amor es lo opuesto al temor; si le damos al amor el poder necesario para manifestarse, el temor y todas sus facetas son desplazados de nuestro modo de actuar; permeados por el amor, tenemos una mirada sosegada y optimista, llenos de paz y armonía; ya que nos alimentamos de la fuente que da aliento y energía a la vida.
Es crucial identificar el valor verdadero del amor, conociendo su naturaleza y profundidad desde la filosofía, el pensamiento analítico y la reflexión extensa y elevada; pues existe mucha ignorancia, tergiversación y superficialidad difundida por las maquinarias comerciales para corromper y desdibujar la esencia del amor.
Es sorprendente encontrar, con un inevitable asombro, el valor tan contundente del amor, a pesar de las diversas referencias que existen para definirlo, en verdad hay un gran desconocimiento. El amor es la base de nuestras emociones; porque somos impulsados por el amor o el temor, el amor nos fortalece, inspira y protege optimizando nuestro pensamiento, elevando a una mayor eficiencia a nuestro sistema inmunológico, mientras que el temor nos bloquea y atrofia, conduciéndonos al deterioro y la enfermedad.
El amor va más allá de la banalidad, mucho más allá de los caprichos y engaños de la sociedad, más allá de las pasiones y antojos sensuales. Todos estamos llamados a la búsqueda interior, en la cual abandonemos nuestros apegos, desequilibrios y desaciertos, con un fuerte deseo de la trascendencia, depuración y crecimiento personal.