DE LO COMPLEJO A LO SIMPLE
Una
importante meta en la vida del ser humano es comprender cómo pensamos,
asumiendo un rol de observador, de espectador consciente, analizando
desapasionadamente la forma como procesamos las impresiones y circunstancias
que se nos presentan.
Reflexiono, desde mi experiencia, que hay una tendencia nociva consistente en hacer más
complejas todas las cosas, de modo que todo se percibe complicado y
dispendioso, este aspecto del pensamiento propende al estancamiento, la
procrastinación, y la exageración de los obstáculos e inconvenientes; esta
actitud se concentra en la oscuridad, las sombras y cualquier detalle que pueda
eclipsar lo positivo. Cuando las cosas se hacen complejas innecesariamente, se
ve el vaso medio vacío y se vive de tormenta en tormenta, incluso en un vaso de
agua; muchos de nuestro objetivos son convertidos por nosotros mismos en
gigantes invencibles, por ello nos parecen inconquistables, y olvidamos que
primero debemos ganar la batalla en la mente; es decir, que se requiere
triunfar con el pensamiento antes de todo. Examinemos nuestros sueños y desde
nuestro pensamiento allanemos el camino hacia ellos, haciéndolos cercanos,
sencillos, al alcance de nosotros, rompamos las barreras invisibles de los
imposibles del mundo mental, primero hay que eliminar nuestros propios obstáculos;
ya que son mayores las barreras que nos imponemos que las que pueden existir.
Un buen ejercicio consiste en pensar en un propósito importante y observar cómo
nos sentimos frente a él ¿pensamos que está a nuestro alcance? ¿O lo vemos muy
lejano? ¿Por qué? A partir de allí,
analicemos nuestros postulados y premisas, y replanteemos las ideas correctas,
que cambien la emoción que relacionamos con el objetivo.
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