LA IMPORTANCIA DEL AMOR
Pasa el tiempo, las tendencias, modas
o modelos temporales, debido a que el contexto social, histórico o económico
genera un ambiente propicio para ciertas ideas o pensamientos y paradigmas; sin
embargo, hay un valor que se encuentra por encima de los persistentes cambios,
y ese valor fundamental y perenne es el amor, el amor en su expresión más
genuina, el amor desde el interior y hacia todos los que nos rodean. El amor,
reconocido como una esencia real que transforma el ser, es una manifestación
coherente con un pensamiento y una actitud con la cual se enfrenta la
cotidianidad. El amor, como expresión real del ser, permea todo lo que somos y
hacemos, si le damos cabida al amor de manera coherente, permitimos que él
asuma el dominio evidente de toda nuestra personalidad, comprendiendo que el
amor es lo opuesto al temor; si le damos al amor el poder necesario para
manifestarse, el temor y todas sus facetas son desplazados de nuestro modo de
actuar; permeados por el amor, tenemos una mirada sosegada y optimista, llenos
de paz y armonía; ya que nos alimentamos de la fuente que da aliento y energía
a la vida.
Es crucial identificar el valor
verdadero del amor, conociendo su naturaleza y profundidad desde la filosofía,
el pensamiento analítico y la reflexión extensa y elevada; pues existe mucha
ignorancia, tergiversación y superficialidad difundida por las maquinarias
comerciales para corromper y desdibujar la esencia del amor.
Es sorprendente encontrar, con un
inevitable asombro, el valor tan contundente del amor, a pesar de las diversas
referencias que existen para definirlo, en verdad hay un gran desconocimiento.
El amor es la base de nuestras emociones; porque somos impulsados por el amor o
el temor, el amor nos fortalece, inspira y protege optimizando nuestro
pensamiento, elevando a una mayor eficiencia a nuestro sistema inmunológico,
mientras que el temor nos bloquea y atrofia, conduciéndonos al deterioro y la
enfermedad.
El amor va más allá de la banalidad,
mucho más allá de los caprichos y engaños de la sociedad, más allá de las pasiones
y antojos sensuales. Todos estamos llamados a la búsqueda interior, en la cual
abandonemos nuestros apegos, desequilibrios y desaciertos, con un fuerte deseo
de la trascendencia, depuración y crecimiento personal.
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